El nombre de Wert vuelve a salir a la
palestra y no para dar buenas noticias precisamente, pero bueno, es algo que no
sorprende y a lo que nos tiene acostumbrados.
Después de recortar hasta 14,6% en
dos años en becas para los estudiantes, de encarecer las tasas universitarias
con Bolonia, de recortar hasta el 75% los Erasmus… vuelve una nueva medida que
va a seguir empobreciendo más la educación.
Aún no ha acabado la adaptación al
proceso Bolonia, ni siquiera ha sido evaluado y el ministro de educación se ha obsesionado
en sacar en adelante un decreto de ordenación de las enseñanzas universitarias
y de doctorado, lo que supone una reforma universitaria que da la vuelta al
modelo de carreras y titulaciones.
La nueva reforma supondrá la
implantación de tres años de grado y dos más de másteres.
Intentan hacernos entender que
acercará nuestro modelo de universidad a Europa, que nos ayudará a
incorporarnos antes al mercado laboral y que los estudios serán más baratos y
flexibles. Dichas palabras quedan muy bien en un Congreso, pero la verdad de
todo es que supondrán un encarecimiento de los estudios universitarios; las
carreras de cuatro años que antes suponían más de 4.500 euros de media en
España al pasar a tres cursos de grado más los dos años de máster superarían
los 8.000 euros.
Lo único que busca la medida es que
un número de estudiantes adquieran una calificación mínima para en un futuro
servir de obra barata y tener sueldos precarios. Mientras tanto, unos pocos
privilegiados podrán acceder a los estudios de máster. Lo que supondrá en toda
regla una segregación en base al nivel económico de cada alumno. Por tanto,
desapareciendo la igualdad de oportunidades.
No dejemos que nos instalen reformas
cuyo único aliciente es conseguir una educación segregadora y elitista. Responderemos
en las calles y en las aulas demostrando que no daremos un paso atrás en la
defensa de una educación pública.