Todos recordaréis los acontecimientos
ocurridos en enero ante la negativa de la construcción de un bulevar por parte de
los vecinos de Burgos. Donde principalmente se exigió transparencia y diálogo
con los ciudadanos. Pues, parece ser que el alcalde de Burgos (PP) y sus
secuaces no aprendieron de los errores y siguen tomando decisiones para
beneficiar sus bolsillos y no tener presente la opinión de nadie, una y otra
vez vuelven a remarcar aquel latinismo “
ad calendas graecas”.
Esta vez, la polémica ha sido
generada por la obra que pretenden hacer sobre la Plaza de Toros; una
remodelación que requiere un gasto de unos 8 millones de euros. Una obra
asignada de manera clandestina y a la sombra caída en manos del famoso
corrupto burgalés: Méndez Pozo.
Una construcción innecesaria que tan
solo busca lucrar a la clase elitista y reparar la jugada que les salió rana
cuando se suspendió el proyecto del bulevar.
Los ciudadanos de Burgos queremos que se gaste
el dinero en gastos sociales y que no nos manejen como al cordel de la
marioneta. Demasiado rencor e impotencia acumulados han derivado en lanzamientos de objetos contra las sucursales
bancarias y arrojamiento de botellas y piedras a la Policía. Con la rápida
respuesta de cargas policiales contra los manifestantes con lo que ha llegado a
vivirse algunos momentos de tensión entre policías y ciudadanos.
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Alta presencia policial por las calles |
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Lecheras por el barrio de Gamonal |
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Contenedores volcados y destrozos en el inmobiliario urbano |
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